Notas
Contribuciones de la astronomía en la cultura para las problemáticas arqueológicas
Analía M. Mazzieri1,*
1 Facultad de Filosofía y Letras, UBA.
* Analía M. Mazzieri E-mail: analiamazzieri@filo.uba.ar
Recibido en Marzo de 2006.
Aceptado en Septiembre de 2006.
Mazzieri, Analía M. 2006. Constribuciones de la Astronomía en la Cultura para las problemáticas arqueológicas. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 2:113-116. Buenos Aires.
PRESENTACIÓN
Este trabajo tiene como finalidad sistematizar
algunos de los conocimientos adquiridos en el
transcurso del Curso El Cielo y la Cultura: Etno y
Arqueoastronomía, dictado por el Lic. Alejandro
López en el Planetario Galileo Galilei de la
Ciudad de Buenos Aires, en el año 2005. Dentro
del amplio campo que comprende la Astronomía
en la Cultura y luego de delimitarla, nos
centraremos y ampliaremos una de sus áreas:
la arqueoastronomía.
El principal objetivo de esta reseña es dar a
conocer las contribuciones de la Astronomía
en la Cultura para las problemáticas
arqueológicas, dado que es una disciplina poco
desarrollada en Argentina. De esta manera,
veremos cómo un mismo cielo se puede mirar
de diferentes maneras a través del espacio y
del tiempo y cómo estas miradas pueden ser
recuperadas, en muchos casos, arqueológicamente
(Renfrew y Bahn 1998).
ASTRONOMÍA EN LA CULTURA
¿Por qué Astronomía en la Cultura?
Podemos afirmar que tanto el firmamento
como los fenómenos astronómicos y
meteorológicos que en él suceden son únicos.
Ahora bien, a lo largo del tiempo cada cultura
ha mirado la bóveda celeste para tratar de
explicar el mundo que la rodea. Si comparamos
estas diferentes miradas sobre las
manifestaciones de lo cósmico, podremos
conocer mejor a esa sociedad. De esta manera,
cada grupo humano hace astronomía de
manera diferente.
La Astronomía en la Cultura se consolidó
hacia las décadas de los ’80 y los ’90,
concibiendo a la astronomía como un producto
cultural, y la entiende como algo muy amplio:
disciplina del conocimiento de lo celeste.
Aborda temáticas tales como: “…calendarios,
observación práctica, cultos y mitos celestes,
representación simbólica de eventos, conceptos
y objetivos astronómicos, orientación
astronómica de tumbas, templos, santuarios y
centros urbanos, cosmología tradicional y la
aplicación de tradiciones astronómicas” (Krupp
en Belmonte 1999:24-25). Por sus
características, trabaja interdisciplinariamente:
astrónomos, antropólogos, arqueólogos,
historiadores, arquitectos, sociólogos, etc.
(López 2005). Asimismo abarca un abanico de
disciplinas subsidiaras que definiremos a
continuación.
Grandes temáticas dentro de la
disciplina
Podemos delinear tres grandes áreas dentro
de la disciplina. En primer término, la Historia
de la Astronomía, que se ocupa del desarrollo
de esta ciencia a lo largo de la historia como
también del avance del pensamiento
astronómico desde la visión de las ciencias
experimentales (Belmonte 1999). Este campo
es previo a la Astronomía en la Cultura pero
se renueva a partir de los ’80 y los ’90 con una
mirada antropológica. En segundo lugar, la
Etnoastronomía que estudia “…desde el punto
de vista astronómico, las tradiciones orales de
culturas aún existentes en la actualidad”
(Belmonte 1999:25). Por último, la
Arqueoastronomía, la más antigua de todas,
reconstruye mediante la recuperación
arqueológica las formas en que, en el pasado,
distintos grupos humanos vieron el cielo (López
2005). De esta forma, vemos que los tres grandes
campos están estrechamente conectados en
cuanto a su temática y suelen trabajar
interdisciplina-riamente. De ahí que en los ’90
Ruggles e Iwaniszewski propusieran un término
más abarcador al que denominan Astronomía
Cultural o bien, según Aveni, Antropología
Astronómica.
ARQUEOASTRONOMÍA
¿Para qué?
Según Boccas y Bustamante, siempre existió
una relación entre el hombre y el cielo, pero en
el pasado era más estrecha por diversos motivos.
Primero, porque las sociedades pasadas veían y
observaban el firmamento (que constituye el
50% de nuestro campo visual) más que nosotros
sencillamente debido a que no usaban tantos
techos ni había contaminación lumínica como
en la actualidad. Además, el hombre siempre
necesitó organizar actividades tan importantes
como hitos civiles y religiosos, viajes, guerras,
predicciones y tan cotidianas como
reproducirse, sembrar, migrar con cierta
precisión y se basó en los elementos naturales,
especialmente los celestes, para ubicarlas
temporalmente. La observación del movimiento
regular y sin fin de los objetos de la bóveda
celeste saliendo detrás del horizonte,
recorriendo una trayectoria en la misma y
poniéndose luego, era una excelente pauta para
medir el tiempo. Por último, el cielo era un sitio
para los pueblos antiguos fuera del dominio
humano con la presencia de fenómenos
potentes y misteriosos que de esta manera le
eran sagrados y controlaban la marcha del
Universo y se relacionan con mitos, ritos y
objetos y espacios sacros (Boccas y Bustamante
1998).
Entender cómo nuestros antepasados
miraban el firmamento es el propósito de los
estudios arqueoastronómicos. De esta forma,
los arqueoastrónomos intentan reconstruir
mediante la recuperación de las evidencias
“…plasmadas en construcciones, piedras, cerros
y otros objetos diversos, la cosmovisión de un
pueblo, es decir su relación con el cielo y su
contenido, a la vez físico (Sol, Luna, estrellas…)
y mítico (dioses, leyendas…), así como las
aplicaciones prácticas de esta relación celeste
en la vida cotidiana: ubicación en el espacio
(direcciones) y el tiempo (creación de
calendarios civiles y religiosos)” (Boccas y
Bustamante 1998:2).
Cabe agregar, siguiendo a Reynoso (2003),
que la arqueoastronomía no sólo trata de
comprender los conocimientos astronómicos
de sociedades pasadas, sino también cómo los
adquirían y transmitían. Es importante señalar
que, comprender cómo un grupo humano mira
el espacio celeste (debido a las características
ontológicas y simbólicas que en general se le
han asignado), implica también entrar un poco
más profundamente en una serie muy
significativa de representaciones de las
relaciones sociales y políticas dominantes de
dicha sociedad.
¿Cómo y qué?
En cuanto al cómo, un arqueólogo debería
usar un método de campo denominado
arqueotopografía. Según Hoskin (citado en
Belmonte 1999:27) “…la orientación de un
edificio es un hecho en sí mismo, un dato tangible
(…) e independiente de la interpretación que
se le quiera dar”. Es decir, que detectar la
dirección privilegiada de una construcción es
detectar también una intención en el
pensamiento de los constructores. Los temas
que se pueden investigar arqueológicamente
van desde una razón arquitectónica, una
comodidad de bienestar, una relación con
objetos o lugares sagrados o con eventos
naturales de tipo astronómico y permite
entender un esquema de orientaciones (Boccas
y Bustamante1998). Para estos autores hay dos
etapas en la investigación arqueoastronómica:
una es medir los alineamientos y ver si se
relacionan con eventos celestes clave en el
horizonte, y otra, reunir estos estudios con los
registros de tipo etnográfico.
Así, siguiendo a estos investigadores, la
metodología de investigación en arqueoastronomía
se basa en una serie de pasos:
- Buscar no sólo construcciones antiguas,
sino también lugares potenciales como
centros de observación, alineamientos con
hitos naturales importantes, lugares con
forma naturales claves y por último, espacios
asociados con ceremonias rituales.
REFLEXIÓN FINAL
Para finalizar, queremos proponer, algunos
temas para seguir profundizando.
En primer lugar, la importancia de entender
el paisaje (desde una perspectiva de la
Arqueología del Paisaje) como un hecho global
en el que las ideas acerca de espacio y tiempo
y los roles de construcciones y accidentes
naturales suelen estar profundamente
imbricados.
En segundo término, la Arqueoastronomía,
como una de las grandes áreas dentro de la
Astronomía en la Cultura, trae a la luz la
medición del tiempo como un problema
arqueológico. ¿Por qué? Porque todas las
sociedades necesitan planificar sus actividades
económicas, políticas y religiosas. Y lo hacen
tomando los ciclos astronómicos y los
fenómenos vitales de la naturaleza como puntos
de referencia para medir el tiempo dado que
son regulares y cíclicos. De esta manera, “…el
estudio del tiempo es relevante para el
conocimiento arqueológico de las sociedades
pasadas… [ya que] …la planificación de las
actividades se realiza en función de la
demarcación temporal… [lo que permite
abordar] …los diferentes aspectos económicos,
políticos y religiosos que están implícitos en
las prácticas de la medición del tiempo”
(Reynoso y Pratolongo 2001:6).
Finalmente, acordamos con Boccas (1999)
que sería deseable que el arqueólogo,
estableciera la dirección de las edificaciones y
divisara alineaciones privilegiadas. Al hacerlo,
es posible que ese resto del pasado nos revele
el conocimiento y las prácticas astronómicas
de esa sociedad.
NOTAS
1 Cabe aclarar, que este último requisito es discutible
y se enmarca en el debate brown vs green dentro de la
disciplina. Estos últimos se conforman a partir de
investigaciones europeas alrededor de los megalitos y
se basa en estudios estadísticos, leyes que buscan
encontrar patrones, criterios objetivos; es “general” o
etic. Los green estarían de esta manera dentro del
campo de las ciencias duras y su gran exponente es C.
Ruggles, un matemático contemporáneo. La primera
postura, en cambio, es muy característica de trabajos
americanos sobre Mesoamérica y se basa en estudios
arqueológicos, etnográficos, documentos escritos, etc.
y le preocupa el sentido, el significado y busca
decodificarlos; es “específica” y contextual o emic. Los
brown están más próximos a las ciencias blandas y su
máximo representante actual es A. Aveni, astrónomo
y antropólogo.
AGRADECIMIENTOS
A Alejandra Reynoso y a Alejandro López
por su imprescindible y desinteresada
colaboración.
BIBLIOGRAFÍA
1.
Belmonte, J. A.
1999. Las leyes del cielo. Astronomía y civilizaciones
antiguas. Temas de Hoy. Madrid.
2.
Boccas, M.
1999. Arqueoastronomía: ¿una ciencia llegando la
madurez? http://www.geocities.com/intijalsu/ (Acceso
25 Enero 2006).
3.
Boccas, M. y P. Bustamante
1998. Arqueoastronomía: un encuentro con los
antiguos astrónomos. http://www.ctio.noao.edu/
~boccas/intijalsu.html (Acceso 25 Enero 2006).
4.
López, A.
2005. Astronomía cultural, astroarqueología,
arqueoastronomía, etnoastronomía y astronomía
antropológica... ¿Qué es todo esto?
http://www.planetario.gov.ar/arqueoastronomia.htm
(Acceso 25 Enero 2006).
5.
Renfrew C. y P. Bahn.
1998. Arqueología. Teoría, Métodos y Práctica. Akal. Madrid.
6.
Reynoso, A.
2003. Saber del sol su frontera. Arqueoastronomía en el
poblado de Rincón Chico (900-1600 d. C.), provincia de
Catamarca. Tesis de Licenciatura no publicada, Facultad
de Filosofía y Letras, UBA. Buenos Aires.
7.
Reynoso, A. y G. Pratolongo
2001. La medición del tiempo como un problema
arqueológico. Acerca de la observación del sol en el
valle de Yocavil durante el período tardío. Trabajo
presentado en el XIV Congreso Nacional de Arqueología
Argentina. Rosario.
*Analía Marta Mazzieri es estudiante de la Carrera
de Ciencias Antropológicas Orientación Arqueología
de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
de Buenos Aires. Actualmente se desempeña como
voluntaria ad honorem en el Programa Manejo de
Recursos Culturales en la Administración de Parques
Nacionales en el marco del cual se encuentra
realizando investigaciones acerca de conservación de
artefactos de madera en el Parque Nacional Tierra del
Fuego.
- Estudiar las fuentes bibliográficas y de
Internet sobre el tema; en el caso de culturas
con escritura, sus textos antiguos y las
fuentes etnográficas para el caso de culturas
actuales.
- Investigar las fuentes arqueológicas de la
cultura a estudiar, especialmente las
descripciones de sitio y los mapas
topográficos.
- Reconocer el terreno es fundamental:
recorrer durante cierto tiempo, a diferentes
horas y en diversos momentos del año, todos
los ángulos y medirlo. Luego de un tiempo,
es conveniente hacer una nueva visita.
- Introducir los datos del lugar en un sistema
computacional de planetario virtual para
hacer simulaciones.
- Interpretar mediante el análisis estadístico
inter e intra sitio para arribar a alguna
conclusión1.