Notas
Los pobladores productores de alimentos en la Sierras de Córdoba. Primeras evidencias arqueobotánicas en los sitios Arroyo Tala Cañada 1 y C.Pun. 39
López, M. Laura*
Recibido en Octubre 2004.
Aceptado en Marzo de 2005.
INTRODUCCIÓN
Los grupos prehispánicos tardíos que ocuparon las Sierras de Córdoba entre ca. 1200- 300 AP se caracterizaron por poseer una estrategia predominantemente agrícola, que se complementaba con el pastoreo y la cazarecolección (Berberián y Roldán 2001; Pastor y Medina 2003, 2004). Sin embargo, no se realizaron hasta el presente estudios específicos sobre restos arquebotánicos que hayan aportado un panorama acerca del aprovechamiento de vegetales silvestres y/o cultivados. Por el contrario, el conocimiento sobre el empleo de estos recursos provino de evidencias indirectas, como la ubicación de las bases residenciales en terrenos potencialmente cultivables, la presencia de sitios pequeños al aire libre interpretados como campos de cultivo (Berberián y Roldán 2001; Medina y Pastor 2004) y el hallazgo de instrumentos relacionados con el laboreo agrícola (azuelas) y con la molienda de granos (conanas y morteros).
Una importante fuente de información proviene de la documentación etnohistórica producida durante el inicio del régimen colonial español, en el siglo XVI. Estas fuentes describen algunas características de la producción agrícola en la zona y mencionan los cultígenos utilizados: maíz (Zea mays), zapallo (Cucurbita sp., Lagenaria sp.), poroto (Phaseolus vulgaris), quinoa (Chenopodium sp.), maní (Arachis sp.) y camote (Hipomoea batata). Con respecto al empleo de vegetales silvestres, se menciona al algarrobo (Prosopis alba, P. nigra y P. chilensis) y chañar (Geoffroea decorticans) (Bixio y Berberián 1984; Berberián 1987; Piana de Cuestas 1992).
Recientes estudios arqueológicos efectuados por Sebastián Pastor y Matías Medina en los Valles de Salsacate (Dpto. Pocho) y de Punilla (Dpto. Punilla), en la provincia de Córdoba, han permitido recuperar algunos restos arqueobotánicos, correspondientes a semillas enteras y fragmentadas.
Los materiales que se presentan en esta nota provienen del sitio Arroyo Tala Cañada 1 (ATC1), una base residencial ubicada en el Valle de Salsacate (Pastor com. pers. 2003), y del sitio residencial C.Pun.39, localizado en el Valle de Punilla (Argüello de Dorsch 1983; Medina com. pers. 2004).
Estos restos constituyen el primer registro de cultígenos para el período prehispánico tardío de las Sierras Centrales y aportan, en consecuencia, información significativa sobre la organización de la subsistencia entre los grupos en estudio.
MATERIALES RECUPERADOS
En el sitio ATCI se recuperaron mediante recolección in situ cuatro fragmentos de semillas, completamente carbonizados y deteriorados, hecho que ha dificultado su identificación. Por este motivo sólo se consideraron algunos caracteres externos, como la forma y tamaño. A los fines de identificación se ha utilizado material de referencia, tanto carbonizado como fresco, así como ilustraciones. Las principales características de estas semillas se presentan en la tabla 1.
TABLA 1
Estos especímenes presentan forma “arriñonada” y globular. El tegumento, micrópilo, hilo y calaza se perdieron como resultado de la carbonización, de modo que sólo se pudieron identificar las células correspondientes al cuerpo del cotiledón. Por comparación con material de referencia se ha determinado que estas semillas pertenecen taxonómicamente a la familia Leguminosae, específicamente al cultígeno Phaseolus vulgaris (poroto).
Por su parte, en C.Pun 39 se obtuvieron 14 especímenes mediante recolección in situ. Estos ejemplares se encuentran, como en ATC1, totalmente carbonizados y deteriorados. Hasta el momento sólo se han podido identificar ocho individuos, teniendo en cuenta sus caracteres externos (forma y tamaño) y empleando material de referencia e ilustraciones. En la Tabla 2 se describen estos materiales.
TABLA 2
Al igual que las semillas de ATC1, los ejemplares de C.Pun. 39 presentan forma “arriñonada” y globular y han perdido el tegumento, micrópilo, hilo y calaza. Nuevamente, mediante el empleo de material de referencia se ha determinado que taxonómicamente pertenecen a la familia Leguminosae, concretamente al cultígeno Phaseolus vulgaris (poroto), a excepción de los ejemplares Nº 7 y 8, que por sus medidas corresponderían a Phaseolus lunatus (poroto-pallar).
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
La documentación etnohistórica disponible para el área de estudio señala la presencia de Phaseolus vulgaris, comúnmente llamado “poroto”, como una de las especies cultivadas por las comunidades productoras de alimentos del momento de contacto hispano-indígena. Sin embargo, no existían evidencias arqueológicas que permitieran confirmar su existencia en momentos prehispánicos. Con la identificación de los restos botánicos en ATC1 y C.Pun. 39 confirmasu presencia para el período que nos ocupa.
Es interesante el registro de esta especie en dos valles serranos, distantes a unos 100 km, cuestión que nos conducirá a realizar análisis más específicos, como el de los granos de almidón (ya sea observando las cavidades dejadas en la pared celular por desprendi-miento de los granos, o bien por el análisis de los propios granos de almidón que presentan propiedad taxonómica), a fin de determinar si los restos pertenecen a la misma variedad de poroto.
Posiblemente, los grupos en estudio debieron obtener estos porotos en campos de cultivo anexos a las viviendas, lo cual podría ser en parte confirmado por el hecho de que algunos especímenes de ATC 1 provienen de un área definida por la presencia de camellones separados por surcos, que ha sido considerada un espacio de cultivo (Pastor com. pers. 2003). Pon otra parte, en C.Pun. 39, los porotos provienen de pisos ocupacionales incluidos dentro del área residencial (Medina com. pers. 2004).
Resta señalar, por último, que más allá de la importancia de la identificación de restos de poroto, debe avanzarse en el análisis de otros macro y microrrestos vegetales, que permitan contar con mayores precisiones con respecto al uso de cultígenos y vegetales recolectados.
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer al Dr. E. Berberián, a la Dra. N. Dottori, al Lic. S. Pastor y al Lic. M. Medina por su ayuda y colaboración.
BIBLIOGRAFÍA
Argüello de Dorsch, E. 1983. Investigaciones arqueológicas en el Departamento Punilla (Provincia de Córdoba - Rep. Argentina). Sitio C. Pun. 39. Comechingonia 1:41-60.
Berberián, E. 1987. Crónicas delTucuman. Siglo XVI.. Córdoba, Editorial Comechingonia.
Berberián, E. y F. Roldán 2001. Arqueología de las Sierras Centrales. En Berberian, E. y A. Nielsen (eds.), Historia Argentina Prehispánica, tomo II, pp. 635-691. Córdoba, Editorial Brujas.
Bixio, B. y E. Berberián 1984. Etnohistoria de la región de Potrero de Garay (Pcia. de Córdoba - Rep. Argentina). Comechingonia 3:11-46.
Medina, M. y S. Pastor 2004. Chacras dispersas. Una aproximación etnográfica y arqueológica al estudio de la agricultura prehispánica en la región serrana de Córdoba (Argentina). Córdoba. Ms.
Pastor, S. y M. Medina 2003. Osteometría de camélidos en sitios tardíos de las Sierras de Córdoba (Argentina). Primeras evidencias sobre la presencia de Lama glama. Trabajo presentado en el III Taller Internacional de Zooarqueología de Camélidos. Tilcara. Jujuy. En Prensa.
Pastor, S. y M. Medina 2004. El uso prehispánico tardío de los ambientes serranos de altura. Investigaciones arqueológicas en Pampa de Achala, de San Luis y de Olaen (Córdoba, Argentina). Córdoba. Ms.
Piana de Cuestas, J. 1992. Los indígenas de Córdoba bajo el régimen colonial (1570-1620). Dirección General de Publicaciones de la Universidad Nacional de Córdoba.
*Laura López está realizando su Tesis de Licenciatura en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNCba), sobre Investigaciones Arqueobotánica (macrorrestos y microrrestos) en la provincia de Córdoba. Su tema de investigación abarca el estudio tanto de las estrategias de aprovisionamiento de combustible (macrorestos), como de la evaluación de contextos agrícolas y de recolección (macrorrestos y microrrestos) y el establecimiento de la dieta (microrrestos) en el contexto de los pobladores tardíos de Sierras Centrales.